Acá entre nos
Alejandro Moguel
Semáforo verde, la justificación
Al magisterio, casi 5 mmdp
Las razones por las que Chiapas está en semáforo verde: baja ocupación hospitalaria. Hay, con pacientes recuperándose, 19 por ciento de camas generales y 16 por ciento de camas equipadas con terapia intensiva.
En otras palabras, hay 81 por ciento de camas disponibles en áreas de padecimientos generales y 84 por ciento de camas en áreas con terapia intensiva que atienden a enfermos graves. Estos datos fueron dados a conocer por el propio gobernador, Rutilio Escandón Cadenas en la reunión de gabinete que él encabezó el reciente lunes 16 de agosto.
Los semáforos epidemiológicos se rigen por la mayor o menor disponibilidad de camas de hospital que tiene el sector oficial para atender a enfermos contagiados por Covid-19.
Es cierto, hay muchos chiapanecos infectados con esa enfermedad, pero con síntomas leves, en cuyo caso están en sus propias casas, y otros están hospitalizados, pero no están graves. Es decir, la mayoría de los pacientes no tiene necesidad de llegar a terapia intensiva, también llamada de atención crítica, donde son atendidas aquellas personas enfermas con riesgo de fallecer. Chiapas no está en ese estatus, afortunadamente.
Me han llegado informes desde distintas fuentes y desde distintos estratos sociales que, tan pronto se entera la Secretaría de Salud de que hay alguien con algún síntoma de Covid-19, de inmediato envía a una brigada para confirmar que haya indicios de la enfermedad en cuyo caso le entrega al enfermo el tratamiento, básicamente azitromicina e invermectina, y empieza a darle seguimiento. Esa iniciativa fue tomada con base a que un Covid-19 atendido a tiempo, disminuye considerablemente la posibilidad de que una persona transite a un estatus de gravedad. Esto ha impedido que los hospitales se llenen de enfermos graves. Bien por esa iniciativa del gobierno estatal.
Otro factor que sin duda ha ayudado mucho, ha sido la vacunación. Todas las personas inmunizadas, con una o con las dos dosis o con la única de CanSino, que han estado enfermando han sufrido síntomas leves e incluso muchos han sido asintomáticos. Así que todos los ejemplos muestran la efectividad de las vacunas. Hay que vacunarse.
CARRANZA, A CDMX
El problema de Venustiano Carranza ha alcanzado los altos niveles del gobierno federal, en un intento más de solucionar el problema agrario que alegan los principales grupos antagónicos, la Organización Campesina Emiliano Zapata-Casa del Pueblo (OCEZ-CP) y la Alianza San Bartolomé de los Llanos (ASBALL). Esos grupos llevan casi cincuenta años de confrontación constante.
Autoridades del gobierno federal, del estatal y presentantes de los grupos en pugna instalaron este lunes en la Ciudad de México la mesa de diálogo que buscará la ruta hacia la reconciliación entre ambos grupos y encontrar alternativas de solución definitiva a ese conflicto agrario. En el inicio de esas conversaciones estuvieron presentes el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez; el procurador Agrario Luis Hernández Mirón; el director del Registro Agrario Nacional, Plutarco García Jiménez y Cecilia Flores Pérez, secretaria general de Gobierno, en representación del gobernador, Rutilio Escandón Cadenas.
Los cuatro pronunciaron sendos discursos sobre la importancia de respetarse entre ambos grupos, de la relevancia de estar sentados en una misma mesa, que eso es un gran paso para construir un escenario de paz con justicia y dignidad, etcétera, etcétera, etcétera. Otros dijeron que el odio, el rencor y el ánimo de venganza debe ser superado para erradicar la violencia. Uno por ahí echó la culpa a autoridades de sexenios anteriores por no haber tenido voluntad política para ayudar a resolver ese conflicto. Bueno, se dijo de todo. Lo que no hubo fue una propuesta concreta de resolver el problema. Ya nos dirán cuál será la propuesta oficial y si los grupos la aceptan, en cuyo caso el principal logro sería: que vuelva la paz y la tranquilidad en Venustiano Carranza.
MAESTROS CONSENTIDOS
Los profesores mexicanos han de estar muy contentos. A partir de esta semana, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador estará distribuyendo más de 4 mil 793 millones de pesos, entre bonos y pagos extraordinarios, a los maestros de educación básica. Eso, como una sutil motivación a que vayan a clases presenciales a partir del próximo 30 de agosto, inicio del ciclo escolar 2021-2022.
Incluye un pago individual de 720 pesos a cada maestro en reconocimiento a labor desempeñada frente a la pandemia del Covid-19.
Las fuentes consultadas, coinciden en que cada docente recibirá su habitual compensación única, más los 720 pesos referidos en el párrafo anterior, y entre seis y 13 días adicionales por bono de inicio de clases. Esos tres pagos, añaden, fueron acordados en las negociaciones realizadas desde mayo pasado entre el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), autoridades federales y los gobiernos de los estados. ¡Ándale, pues!
El problema seguirá siendo el mismo. Los líderes negocian en altos niveles algunos privilegios monetarios y los pagos adicionales con tal de persuadir a sus bases a realizar tal o cual cosa, en este caso, ir físicamente a las aulas. Sin embargo, los rebeldes, tradicionalmente los de la CNTE, extienden la mano, reciben el dinero, pero al final hacen lo que se les viene en gana.
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