Acá entre nos
Alejandro Moguel
Tremendo dilema
Vaya tema. Es uno de los que más polémica ha generado en época de pandemia: el regreso a clases presenciales. Y no es para menos. Se trata de más de 25 millones de alumnos de educación pública quienes han estado casi 18 meses en confinamiento, con todo lo que eso conlleva y un millón 800 mil trabajadores del sector educativo, entre maestros y administrativos.
El problema ha estado presente entre los escolares: desde una notoria deficiencia en su aprovechamiento escolar, hasta problemas psicológicos, cuyo alcance e intensidad aún es desconocido, por haber estado tanto tiempo encerrados en sus casas, con escasas ocasiones de poder salir a recrearse en convivencia con amigos de su edad, entre muchas otras cosas.
Desde diciembre del año pasado, el presidente, Andrés Manuel López Obrador había deslizado la idea de regresar físicamente a las aulas y eso causó escozor entre padres de familia, entre muchos maestros, principalmente los de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), quienes se oponen a casi todo lo que diga su patrón, el gobierno federal.
Pues hoy la polémica está en la cúspide de su ser. En plena tercera ola de contagios de Covid-19, el mandatario nacional ha decidido mandar a esos más de 25 millones de niños, niñas y adolescentes a clases presenciales, a partir del lunes 30 de este mes, cuando inicia el ciclo escolar 2021-2022, y para eso ha lanzado públicamente, apenas ayer, el decálogo que deberá ser respetado para esos propósitos.
Delfina Gómez Álvarez, titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), estuvo a cargo de presentar dicho decálogo sanitario que se aplicaría en todos los centros educativos del país.
- Integrar comités participativos de salud en las escuelas con padres de familia y docentes para vigilar el cumplimiento de los protocolos de ingreso. De igual manera, se exhortó a establecer algún medio de contacto mediante el cual se emita alerta en caso de detectar posible caso de Covid-19 y se brinde seguimiento a la niña o niño afectado.
- Establecimiento de filtros de salud en casa, con padres y madres de familia, y en escuela y salones de clases, con personal educativo: se solicitó que los estudiantes porten diariamente cubreboca, gel y carta compromiso.
- Lavado constante de manos con agua y jabón o, en su defecto, aplicación de gel antibacterial; Gómez Álvarez comentó que, junto a las municipalidades, se continúan en las labores de restauración de los servicios de agua en escuelas que aún carecen de ello.
- Uso de cubrebocas sobre nariz y boca.
- Mantener la sana distancia de 1.5 metros. La funcionaria aseguró que dicha medida “dio buenos resultados” en los primeros retornos a clases registrados en ciertas comunidades del país.
- Mayor uso a los espacios abiertos como canchas de deportes, techumbres, patios, zonas verdes, entre otros más.
- No se realizarán ceremonias cívicas ni reuniones generales para evitar las conglomeraciones.
- Avisar inmediatamente la presencia o sospecha de casos de COVID-19 en las escuelas, así como en el hogar.
- Inscribirse a los cursos de apoyo socioemocional en la línea de SEP-Salud “retorno seguro” dirigido a docentes.
- Al salir de casa, llevar a la escuela la Carta compromiso de corresponsabilidad firmada por la madre, el padre o tutor en donde se constate que el o la menor no presenta ninguno de los síntomas sospechosos de COVID-19.
Delfina Gómez Álvarez respaldó la postura del Jefe del Ejecutivo: “El regreso a clases es algo inminente. Debe ser un retorno responsable, ordenado y cauto a las aulas”.
Ya veremos, qué sucede en los 17 días que faltan para el 30 de agosto.
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