Acá entre nos
Alejandro Moguel
Pantelhó, papa caliente
El gobierno federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador que lo representa y Hugo López-Gatell, quien lleva la batuta de las políticas de salud del país –Jorge Alcocer, el titular de la dependencia ni siquiera figura- están frente a un enorme dilema en estos momentos: anhelan y tal parece que están empecinados en que 25 millones de niños y adolescentes del nivel educativo básico del país regresen a clases presenciales, a partir del 30 de agosto próximo, fecha en que iniciará el ciclo escolar 2021-2022.
El dilema está en que el mandatario nacional siempre ha repetido que él nunca obligará a los ciudadanos a realizar tal o cual cosa, si la mayoría no está de acuerdo. Ha criticado, hasta el cansancio, que los gobernantes que le antecedieron nunca tomaron en cuenta al pueblo. Y hace apenas unas horas, el periódico El Financiero realizó una encuesta nacional y su resultado fue: seis de cada 10 ven que el coronavirus aún está en una etapa de crecimiento y creen que vendrán más contagios.
De igual manera 62% -de nuevo seis de cada 10- dijo estar en desacuerdo con mandar a sus hijos a clases presenciales.
En la Ciudad de México, que se supone ha sido el más grande bastión político de la Cuarta Transformación, subió un poco más esa cifra: 63% respondió que no mandará a sus hijos a las aulas en agosto próximo.
López Obrador afirmó, con contundencia apenas el sábado pasado en Veracruz, que “llueva, truene o relampaguee”, el 30 de agosto el alumnado del nivel básico va a iniciar clases presenciales.
El dilema está presente.
La crisis de una tercera ola de contagios de Covid-19 y la necesidad del gobierno federal de distender la economía nacional. Ojalá y las intensas campañas de vacunación contengan la ola expansiva de contagios para que, a finales de agosto, los mexicanos estemos hablando de otra cosa. Para que, en esa fecha, los padres y maestros estén más convencidos de regresar a la casi normalidad de las clases presenciales.
Yo soy de la idea de ir normalizando la vida económica del país. Muchos sectores están sufriendo porque 25 millones de jóvenes han estado confinados y recibiendo clases a distancia. Y porque más de un millón de maestros también están semiparalizados, pero también hay razones para comprender la preocupación de que los muchachos y las muchachas puedan contagiarse de ese mal y, eventualmente, puedan ocurrir fallecimientos. Esperamos que, una vez llegado el momento, el presidente López Obrador tome la mejor decisión en ese sentido.
CATEOS ILEGALES
De nuevo Chiapas fue noticia nacional y, en algunos casos, internacional. Videos muestran a civiles armados realizando cateos ilegales en varios domicilios de la cabecera municipal de Pantelhó.
Con el pretexto de que van a limpiar de miembros de Los Herrera, presunta banda criminal de la zona, El Machete, declarado autodefensa y miembros de las comunidades estuvieron haciendo cateos ilegales en varios domicilios de particulares, se introdujeron a los comercios que apenas estaban abriendo después de quince días cerrados por la violencia en la región y expulsaron de la cabecera municipal a la Guardia Nacional, cuyos integrantes se replegaron a las afueras de la población mencionada.
El Machete derribó árboles a la altura de la comunidad La Esperanza, Chenalhó, para evitar el reingreso de las tropas armadas a dicha cabecera municipal. De manera extraoficial, se informó que catorce personas fueron capturadas por pobladores y los mantienen retenidas acusadas de ser cómplices del clan de Los Herrera y del Ayuntamiento perredista. Entre las casas cateadas ilegalmente, figuran la de la presidenta municipal actual de Pantelhó, Delia Yaneth Velasco Flores y del alcalde electo, su esposo, Raquel Trujillo Morales. Los inconformes han amenazado que no permitirán que el nuevo edil tome protesta del cargo. Vaya papa caliente.
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