Acá entre nos
Alejandro Moguel
Chiapas, en disputa de dos poderosos cárteles
El asunto es el siguiente: cada vez hay más evidencias de que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), encabezado por Nemesio Oseguera Cervantes alias El Mencho, se está apoderando de la plaza de Chiapas y de que está limpiando el territorio de sus anteriores ocupantes, pertenecientes al Cártel de Sinaloa, el cual está siendo liderado por Ismael “El Mayo” Zambada.
El ataque armado ocurrido este miércoles en el lado poniente sur de Tuxtla Gutiérrez provocó una serie de filtraciones oficiales reveladoras de que poderosos cárteles de las drogas están peleando la plaza de la entidad completa y, muy seguramente, seguiremos enterándonos de otros sucesos similares, como parte de su estrategia de apoderarse de todo el territorio. Hace tres días apareció una narco manta allá en el municipio de Palenque, al norte de Chiapas, la cual hacía referencia a la llegada a esa región del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Las filtraciones indican que esa organización criminal habría eliminado este miércoles a Gilberto Rivera Estrada, hijo de Gilberto Rivera Amarillas, alias El Gil, quien fue detenido en Guatemala allá por el 2016.
El vehículo de El Junior iba circulando el reciente miércoles sobre la calzada del Rosario Sabinal, entre las calles Picacho y Risco, en el fraccionamiento La Gloria, en Tuxtla Gutiérrez. Las personas armadas, del grupo rival, viajaban en una camioneta Tacoma y otros en una pick up de color negro. Todos los vehículos estaban en movimiento cuando ocurrió el ataque que dejó cinco muertos, entre ellos el Pez Gordo, su objetivo principal. El hecho fue calificado como exitoso porque no hubo bajas de parte de los atacantes, quienes llegaron, cumplieron con su objetivo y después huyeron hasta perderse en el anonimato. Otro dato que llamó la atención es que fue una emboscada limpia. Es decir, no hubo personas de la sociedad civil lesionadas.
El suceso fue tan relevante, que estuvo en la portada de los diarios de circulación nacional y en los principales espacios de los noticiarios televisivos y radiofónicos de México, desde la misma tarde del miércoles y a lo largo del día jueves.
HISTORIA DEL TÍO GIL
Esa parte de la historia dice así: Rivera Amarillas era originario de Sinaloa, tenía el alias de El Tío Gil y también era conocido como “El señor de la frontera sur”. El 12 de octubre de 2016 había sido detenido en Guatemala, cuando pretendía viajar a México. Fue recluido en el Centro de Reinstauración Constitucional “Pavocinto” de la ciudad capital guatemalteca. Estaba acusado por el delito de conspiración para distribuir cocaína. Rivera Amarillas fue extraditado el 3 de febrero de 2017 a un penal de Estados Unidos porque las autoridades de esa nación lo habían reclamado. Hasta antes de haber sido detenido, él era un hombre de plena confianza de Joaquín El Chapo Guzmán y que era su principal operador en la frontera sur de México. De acuerdo con filtraciones oficiales, El Tío Gil tenía bajo su control a las regiones de Comitán, Tuxtla Gutiérrez, Ocosingo y Palenque, en Chiapas. Mientras que en Guatemala su área de influencia estaba en El Petén. Él tiene ahora 63 años de edad y se le acusa de conspiración y tiene seis cargos por distribuir cocaína en Estados Unidos.
Hasta este jueves todas las versiones sobre el hecho habían sido extraoficiales, porque la Fiscalía General del Estado solamente emitió un boletín con dos párrafos que no aportaba información importante para la sociedad que estaba ávida de datos. El comunicado decía:
“Con relación a los hechos suscitados la tarde de este 7 de julio del presente año, en la calle Rosario Sabinal del fraccionamiento La Gloria, municipio de Tuxtla Gutiérrez, la Fiscalía de Distrito Metropolitana, de la Fiscalía General del Estado (FGE), inició la investigación correspondiente, donde se practican las primeras diligencias.
“Por tratarse de hechos en los que fueron utilizadas armas de fuego de alto poder, se remitirá a la Fiscalía General de la República, para que en el ámbito de sus facultades conozca de este hecho hasta su total esclarecimiento”.
Es decir, no reveló nombres de los fallecidos ni ninguna hipótesis que pudiese llevar mayor tranquilidad a los tuxtlecos quienes, con justa razón, estuvieron angustiados e intranquilos durante el enfrentamiento que prácticamente fue transmitido en tiempo real a través de redes sociales y en las horas posteriores al hecho, que dejó como saldo oficial de cinco personas muertas. Es cierto, las autoridades investigadoras deben guardar secrecía de mucha información porque están obligadas a respetar por las leyes, pero hay matices que pueden salvarse en ese tipo de casos. Pero, bueno, supongamos que eso es pecata minuta. El problema de fondo terminaría siendo el presunto reacomodo de las fuerzas del crimen organizado en territorio chiapaneco. Es decir, antes pertenecía al Cártel del Pacífico y ahora se lo estaría arrebatando el CJNG. Esa es una hipótesis de los analistas. La sociedad chiapaneca estaba esperando, hasta ayer jueves, la versión oficial al respecto.
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