Chiapas en la luz del periodismo
+ Aquellos de la generación de los años 70s…
+ Un recuerdo por ellos y los que siguen…
+ Legendarios: Gervasio Grajales y Pancho Núñez…
+ Algunos de los que hicieron historia…
Ruperto Portela Alvarado.
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Lunes 05 de Julio de 2021.- La historia del periodismo y de los periodistas de Chiapas, muchas veces se suscribe a quienes se dedicaron a esta actividad desde la capital del Estado, Tuxtla Gutiérrez, pero en el escenario estatal debemos destacar a muchos otros que se desempeñaron con ahínco y pasaron a la historia en otros municipios como Tapachula, San Cristóbal de las Casas, Comitán, Cintalapa, Arriaga e inclusive Tonalá y Palenque.
En esta oportunidad y espacio solo haré un esbozo de algunos de ellos, pero que en su oportunidad, para un trabajo más extenso que seguramente se titulará “Mis Personajes Favoritos”, le dedicaré a todos los que se pueda, una resumida biografía individualizada con detalles proporcionados por sus familiares, descendientes o amigos cercanos.
Sería muy ilustrativa para las generaciones actuales y futuras de periodistas y la misma ciudadanía chiapaneca, escribir la vida y obra de un personaje muy mencionado como don Romualdo Moguel “Don Ruma”, quien hizo historia al publicar un cotidiano escrito a mano y que repartía por toda la ciudad capital. De ese pasaje, seguramente el amigo y excelente caricaturista, Enrique Alfaro Santos, debe tener mayores datos al respecto.
En esta introducción a un trabajo posterior sobre los periodistas chiapanecos de antaño, quiero mencionar como singular personaje –aunque no fue un periodista en la extensión de la palabra— a Juan de Dios Domínguez “Nosferatus”, quien copiando a “Don Ruma”, escribía sus “críticas” en hojas blancas de forma espiral. Como buen aficionado al periodismo, murió en el pórtico del periódico “ES! Diario Popular” de la esquina Primera Sur y Quinta Oriente.
Por supuesto que hay íconos del periodismo de los años 50s y los 90s, como Gervasio M. Grajales G., el “Gran General Pluma Firme” como yo le llamé siempre. El hombre bullanguero, alegre, dicharachero que dejó un gran legado de frases como aquella de que “solo tienen prisa las ambulancias, la Cruz Roja, los bomberos y los pendejos”. O su más célebre: ¡Seco el Elotazo” en su columna “Dale y Dale”. De eso ya platicaré cuando escriba parte de su vida y obra, que es, por demás interesante.
No podré resistirme a platicar sobre Francisco Núñez López, “El Gitano”, a quien yo le añadí lo de “Señorón”, en alusión a una canción española. “El Gitano Señorón”, a quien yo considero uno de los periodistas radicados en Chiapas –porque era originario de Sonora— de los más inteligentes, preparados y con amplio conocimiento de la actividad periodística. Profesor de Educación Primaria y digno representante de la clase periodística de esos brillantes años 60-90s. Fundador del diario “El Sol de Chiapas” y de “La Extra” con don Rodolfo Espinosa Sarmiento en la dirección.
Por cierto, conocí a don Rodolfo Espinosa Sarmiento “Sergio del Valle” (su seudónimo) en las oficinas de “El Sol de Chiapas” donde se diseñaba e imprimía “La Extra” de la que él era el director. Él, un periodista de amplia experiencia y conocimiento sobre la materia informativa, de quien más adelante haré una remembranza de su paso por varias salas de redacción y cabinas radiofónicas. Un digno heredero de esas capacidades fue su hijo y entrañable amigo, Sergio Espinosa Durante.
De esos tiempos de “Chiapas en la Luz del Periodismo” podría mencionar a don Carlos Efrén Ruiseñor Esquinca, otro digno representante de la prensa, con experiencia en el espectro nacional y estatal. Fue jefe de prensa del gobierno de Efraín Aranda Osorio en el año de 1957. Escribió el libro: “El Precio de la Noticia 1944-1994” y de quien también habré de escribir lo que tenga de su biografía.
En esos años de los 60s en adelante, tuvimos a periodistas como César Culebro Barrientos que se distinguió por su periódico “Delincuencia” donde introdujo la nota política a la policiaca. Tuvo su propia imprenta y fue corresponsal de diarios nacionales como “El Universal”, “Ovaciones”, “
Me quedó en la memoria la figura bien vestida de mi amigo también, Gonzalo Miguel Peña López, el singular “Chalo Peña” con su revista “Ruleta Política” que sigue editando su hijo Marco Antonio Peña Cruz. Nunca me debo olvidar de un periodista extraordinario y singular como don Augusto Villarreal Quesada, “El Gato Villarreal” quien era ingeniero de profesión y abrazó la noble actividad del periodismo con su “Revista Chiapas” y después “Sur de México”, editada desde Tapachula, la “Perla del Soconusco”.
Claro que en ese entorno del periodismo de la costa de Chiapas y en particular de Tapachula, no se puede olvidar a un maestro de las líneas ágatas, don Carlos Correa Leo, fundador del diario “Noticias de Chiapas” que ahora sigue publicando el amigo Clemente Miguel López Zepeda. Una historia de vida que tengo que contar junto con su esposa doña Yolanda González, quien también es digna representante de las mujeres en el periodismo chiapaneco.
Tampoco me podría olvidar en este historial del amigo Héctor Ruiz León, quien tiene una larga vida en el periodismo que sigue ejerciendo con responsabilidad y profesionalismo desde su revista “Palabra” y prestigiada columna política, “Águila o Sol”, después de haber pasado por varias salas de redacción de nivel nacional y local del Estado de Chiapas.
El mismo Héctor Ruiz León me recuerda a varios de sus contemporáneos como: Miguel Cruz Márquez, “El Juchi Márquez” y su revistas “Vimos” que editaba desde la Ciudad de México, aunque antes fue –en su inicios— cronista deportivo escribiendo una columna en el “Heraldo de Chiapas” y luego su “Carrusel” en “La Voz del Sureste” de don Roberto Coello Lecieur, quien fue otro destacado periodista que heredó su legado a su hijo Roberto Coello Trejo, junto con el diario que hoy pertenece a la firma de Simón Valanci Buzali.
También menciona Héctor Ruiz León en un relato de periodistas que me obsequió para este trabajo, a José Falconi Castellanos “Pepe Falconi”, de quien dice fue un extraordinario intelectual tuxtleco, que brilló en el campo de la poesía y el periodismo. En ese espacio de tiempo habría que mencionar a un destacado chiapaneco del periodismo y la literatura como Marco Aurelio Carballo, quien fue jefe de redacción de la revista “Siempre”; director de información de “Uno Más Uno”, con diversas obras de su autoría, pero sobre todo un excelente reportero. Ya habrá tiempo y espacio para comentar su vida y obra.
En este escenario, cuando publiqué mi libro: “Radiografía del Periodismo Chiapaneco”, la amiga Gabriela Figueroa Díaz, “Gaby Figueroa”, la heredera de la columna “Café Avenida” de su padre, el gran Pepe Figueroa “La Monterona”, me replicó que no había mencionado a ninguna mujer. En respuesta publiqué un artículo sobre la vida y obra de doña Evita Ozuna y mencioné a otras mujeres que hicieron periodismo social, al igual que hoy –como la misma Gaby—han abrazado esta noble profesión.
Por supuesto un gran error porque una de las representantes de ese sector en el periodismo de antaño es doña Marcelina Galindo Arce, “Chelina Galindo”, originaria de Pichucalco, Chiapas, de quien se dice en su biografía fue una valiente reportera de la revista “Impacto” de don Regino Hernández Llergo; fundadora de la revista “Mujeres” que fue la primera que consagró en sus páginas los asuntos femeninos.
Debemos recordar a otro chiapaneco que se distinguió en el periodismo de la Ciudad de México, Ricardo Poery Cervantes, nacido en Berriozábal, Chiapas, a quien apenas conocí en sus últimos días de vida periodística. Relata Héctor Ruiz León que Poery, junto con don Carlos Ruiseñor Esquinca y Tito Gallegos, fundaron el periódico “El Faraón”. Fue cronista parlamentario del diario “El Día”; presidente de la Asociación Mexicana de Periodistas y fundador del “Bloque de Periodistas Chiapanecos”, entre otras acciones relevantes.
Claro, en esta historia tenemos que mencionar a don Humberto “Tito” Gallegos Sobrino y su columna político-social, “Periscopio”
No debía faltar en el desfile de personalidades del periodismo chiapaneco, uno distinguido por su voz y forma de dar la noticia: Isidro Aguilar López, el popular “Chilo Aguilar”, el conocido “Reportero 9:20” de la radiodifusora XETG, como también el inefable Fernando Alegría Ramírez, “FAR”, quien hizo de la nota roja una jocosa y festiva narrativa. Quiero recordar con aprecio al maestro Antelmo Esquinca González, “Luzán” y su columna “En Eso Quedamos”, que fuera una frase de un gobernador, que si no me equivoco es de Samuel León Brindis.
Con aprecio recuerdo a mi amigo Eduardo Moreno Castellanos, corresponsal del diario “Novedades” y “El Sol de México”, desde donde ejerció la más querida actividad de su vida, como lo hizo con fuerza el reconocido José Gabriel Figueroa Rodríguez, el gran “Pepe Figueroa” o mejor conocido como “La Monterona” con su columna “Café Avenida” y también el hombre de la extraordinaria voz, Ramón Gonzalo Jiménez o Porfirio Díaz González, corresponsal de Excélsior y Rosendo Pardo Osuna, autor de la columna “A Vuelo de Pájaro”. Un saludo a todos hasta donde se encuentren.
En fin, todos estos comentarios de periodistas idos y otros en la friega periodística, están en las páginas de mi libro: “Radiografía del Periodismo Chiapaneco”, donde recordé a Alfredo Córdova Solórzano “El Barbón”; a “José Luis “Cheluis” Cancino”; Gabriel H. (Hernández) Moguel; José Casahonda Castillo; el historiador, periodista y escritor, don Fernando Castañón Gamboa y Agustín Duvalier; don Jorge Alberto “Tito” González Lara, fundador y director del diario cintalapaneco, “Ecos del Valle” y por supuesto que no se debe olvidar a Rafael Revueltas Marín, director y propietario del diario “El Planeta de Chiapas”.
Nos quedan en la iPad Escribe y la memoria, nombres y personajes que merecen una mención y reconocimiento por su actividad periodística y en especial para mi compadre Roberto Antonio Mancilla Herrera con su ácida columna “Minimalia”; el “camarrada” José “Pepe” López Arévalo y su revista “Este Sur”; al recordado Ameth Bonifacio Flores Meneses; Hubenay N. Chiu y los empresarios del periodismo, Jorge Toledo Coutiño (Diario de Chiapas); Conrado de la Cruz Jiménez (Cuarto Poder) y Jaime Fernández Armendáriz, dueño del diario “Número Uno”.
Por supuesto que hubo otros muchos personajes que incursionaron en el periodismo ya como empresarios dueños de imprentas o escribiendo artículos de los que todavía podemos gozar de sus comentarios. Pero de ellos aparto un espacio para otra ocasión muy especial.
Dejo este comentario inconcluso por los que me faltaron mencionar, pero que habrá otro tiempo y espacio para complementar esta historia fantástica del periodismo de los años 50s, 60s, y hasta nuestro días donde las escuelas y facultades de periodismo han contribuido a tener mejores y más preparados reporteros, articulistas, columnistas y trabajadores de los medios de comunicación donde las mujeres ha tomado un importante espacio de participación con capacidad y constancia. Siempre algo falta y esta no sería la excepción…
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