Acá entre nos

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Acá entre nos

 

Alejandro Moguel

 

Parece no tener prisa

Ya no es noticia que el presidente, Andrés Manuel López Obrador haya anunciado que enviará tres iniciativas de ley: para cambiar la reglas en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), para fortalecer la autonomía del Instituto Nacional Electoral (INE) y para trasladar la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

A mí me parece que lo importante a observar son los tiempos y el fondo:

Dijo que él hará esas tres cosas en lo que resta de su administración y después se aclaró que, entre este y el próximo año, enviará la reforma eléctrica, en el 2022 la electoral y en 2023 presentará la correspondiente a la Guardia Nacional. Es decir, hará esos procedimientos legislativos en forma escalonada. No los hará en un solo periodo ordinario de sesiones, como bien pudiera hacerlo.

El fondo, él mismo lo dijo: que no domine el conservadurismo. Es decir, el mandatario nacional va a seguir debilitando legal y estructuralmente a las instituciones que le estorban y que le son incómodas, sustituyendo a las personas que él cree son sus adversarios por otras allegadas a él, sin importar que sean capaces para desempeñar los cargos o no.

 

VISTO DESDE UNA LUPA

El mandatario nacional dijo que la reforma eléctrica buscará establecer que el 54 por ciento del mercado eléctrico corresponda a la CFE y el 46 por ciento restante a particulares. Él afirma que hoy los empresarios particulares suben primero la energía eléctrica a la red y en segundo término se le permite a la paraestatal, a pesar de que ésta tiene suficiente capacidad para surtir primeramente de energía a la red solicitada.

Contextualizó más la idea al reiterar que los neoliberales, como él llama a los gobernantes mexicanos de los últimos treinta años anteriores a su sexenio, le apostaban a destruir a la CFE y entregarle la industria eléctrica a los particulares y a las industrias extranjeras. Añadió que eso aumentaba el costo del servicio de energía eléctrica a los ciudadanos y, al mismo tiempo, la institución entregaba subsidios a los particulares. E insistió en que las grandes empresas pagan menos que los de la clase media o los más pobres y que su reforma revertirá esas circunstancias. Adelantó que si los legisladores federales rechazan esa reforma, allá ellos porque sobre sus hombros caerá la culpa de seguir apoyando las injusticias en ese rubro: dar mejor trato a particulares que a la CFE.

Sobre la reforma electoral, el ejecutivo lanzó las ideas generales al respecto: otorgarle mayor independencia al INE para que haya democracia plena y cerrarle las puertas a que siga dominando el conservadurismo, y que no sea controlado por partidos políticos o grupos de intereses.

Lo que el presidente de la República busca proponer con esta iniciativa de reforma electoral es bajar los costos de las elecciones y eliminar a los legisladores que se encuentran bajo la vía plurinominal. También aprovechó la ocasión para criticar los 20 mil millones de pesos que se entregan a los partidos para las elecciones. No está el país para organizar los comicios más caros del mundo. Dejó entrever que ese dinero debería ser destinado para el desarrollo y el bienestar del pueblo. Luego entonces, se deduce que su reforma electoral tiene en la mira a los 200 diputados plurinominales y los senadores que llegan por esa misma fórmula.

También le pareció exagerado que un consejero electoral haya escrito sobre el populismo como una etiqueta o como un estigma. No es posible que un juez –árbitro quiso decir- hable de esa manera, se preguntó a sí mismo

López Obrador también planteará en 2023 una iniciativa para traspasar la estructura humana, material y financiera de la Guardia Nacional (GN) a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Él se niega rotundamente a que esa corporación civil pase a depender de la Secrataría de Gobernación o de la Secretaría de Seguridad Pública federal, como un algún momento ocurrió.

Voy a proponer que en su momento, la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, que sea una rama, porque también no quiero quedarme con la responsabilidad de no haber propuesto las cosas que considero convienen al país”, apuntó.

“Queremos que la Guardia Nacional se siga consolidando, pero no queremos que pase después a Gobernación o a cualquier otra institución, y en seis años esté echado a perder”, reiteró.

Sobre este particular hay que recordar que esa idea, planteada desde el inicio de su administración, pretendía tener una agrupación policial militarizada la cual fue rechazada en forma contundente por la oposición y por distintos sectores sociales, porque las tareas de seguridad pública deben corresponder a corporaciones civiles y no militares. Más o menos por ahí va la cosa. Lo que ha quedado claro es que ni siquiera la transformación al INE que, se suponía, le interesaba mucho al presidente, va a hacerla en el primer periodo ordinario de sesiones que iniciará el uno de septiembre cuando inicien funcionen los nuevos legisladores federales.

Email: alexmoguels@hotmail.com

 

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