Acá entre nos

Alejandro Moguel

Muevan de TGZ a la Mactumactzá

Coincido en forma plena que la escuela normal rural Mactumactzá debe ser cerrada en Tuxtla Gutiérrez y, en todo caso, trasladada a otro lugar de Chiapas donde esos muchachos violentos estén rodeados de un ambiente propicio para que le dediquen más horas del día a sus estudios y estén alejados de la tentación de estar agraviando al resto de la sociedad, como lo están haciendo en la capital chiapaneca, ya que actúan con una especie de resentimiento social.

Los habitantes de esta ciudad no debemos ser rehenes de un grupo minúsculo de jóvenes quienes, escudados en ser aspirantes a maestros, provocan en forma constante actos de vandalismo, queman oficinas públicas, amedrentan al comercio en general y, cuando la policía quiere meterlos en orden, los atacan en forma de grupos de choque o de vándalos.

Argumentan cualquier cosa para fingir que están exigiendo a las autoridades demandas propias de sus actividades, cuando en realidad quieren hacer otra cosa.

Sus actos de constante provocación, de exigencias inviables o triviales hacen pensar que solamente obedecen a pretextos para estar en constante confrontación con las autoridades estatales. De igual manera, hacen suponer que algún grupo político estaría motivándolos para realizar actos de desestabilización en época previa a las elecciones.

Lo que me ha llamado poderosamente la atención es lo siguiente: la enorme capacidad de esos normalistas por generar violencia en forma consciente. Por estar causando, sin remordimiento alguno, destrozos en las propiedades de terceros, violentar las leyes y sus deseos por vivir en la anarquía absoluta.

En contra parte, no entiendo cómo es que los padres de familia no hagan una reflexión que contribuya a que las autoridades actúen en contra de los revoltosos. Es decir, ellos se van a graduar de maestros y en cualquier momento van a estar frente a grupo. No creo que personas con ese perfil de violencia extrema vayan a ser capaces de formar generaciones de estudiantes útiles a la sociedad. Los padres nada dicen en ese sentido. Es increíble.

PROCESO ELECTORAL

Diversas personas han estado preguntándome sobre alguna probabilidad de que las elecciones estatales pudiesen cancelarse en razón a los distintos hechos de violencia que están realizando los estudiantes normalistas en recientes semanas o los amagos de grupos sociales de impedir la instalación de casillas en algunos municipios.

El Vocal Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE) en Chiapas, Arturo de León Loredo, dio la respuesta clara ayer a nuestro compañero reportero de esta casa editorial. Dijo que son incidentes focalizados en algunas localidades que no van a afectar al proceso electoral en su conjunto.

Es decir, habitantes de Oxchuc han advertido que no van a permitir la instalación de casillas dentro de su territorio porque ya han decidido con antelación que ellos habrán de elegir por usos y costumbres a sus autoridades municipales. Allí no serán instaladas setenta casillas.

En tanto que en Honduras de la Sierra no serán instaladas ocho y en Tila únicamente doce.

En Venustiano Carranza hay riesgo de que no sean instaladas 38 casillas por el conflicto social que prevalece en el municipio. La constante confrontación de dos grupos antagónicos.

Al respecto, el mismo consejero presidente del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), Oswaldo Chacón Rojas, dio la respuesta ayer mismo. Que el Consejo Distrital va a evaluar esa situación y que su decisión será dada a conocer en breve.

Lo que debe quedar claro, a mi juicio, es que los dos titulares de los árbitros electorales han afirmado que no hay riesgo de que los comicios vayan a suspenderse, porque todas las demás tareas se están llevando a cabo con normalidad en los restantes 119 municipios. Es decir, la inmensa mayoría del territorio está caminando, hay normalidad electoral.

Los comicios deben realizarse. Todos los ciudadanos de bien debemos contribuir a que eso suceda. Es la única vía civilizada usada por las democracias modernas para elegir a sus autoridades y representantes legislativos.

Recordemos que la democracia está definida como el sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho del pueblo a elegir y controlar a sus gobernantes. El equilibrio entre ambos contribuye a que las sociedades vivan en forma armónica.

Email: alexmoguels@hotmail.com