Tuxtla Chico hundido en la inseguridad ante el desinterés de la alcaldesa y su familia
Ramón García /P
Tuxtla Chico se ha convertido en un terreno fértil para la delincuencia con constantes asaltos y robo a mano armada cada vez más frecuentes y una verdadera preocupación por los homicidios dolosos ocurridos durante la actual administración que encabeza Deysi Lisbeth González Aguilar, quien en los más de dos años al frente del ayuntamiento raramente acude al edificio municipal y mucho menos cuenta con un consejo de consulta y participación ciudadana.
El desinterés de la alcaldesa en el tema de seguridad ha sido evidente señalaron el presidente de la Asociación de Productores de Cacao de Tuxtla Chico, Raúl López Guzmán y el presidente de la Asociación de Hoteleros y Prestadores de Servicios Turísticos de Tuxtla Chico, Juan Bolaños, quienes han pugnado desde hace varios meses porque se tome en cuenta a la sociedad civil en la búsqueda de soluciones y han hecho una propuesta que no ha sido tomada en cuenta.
Por el contrario en el ayuntamiento se mantiene la política de injerencia familiar en la toma de decisiones pues son Eliseo y René de apellidos González Pérez, tío y progenitor de la alcaldesa los que deciden qué se debe y no se debe hacer, así como los nombramientos y en particular, en Seguridad Pública Municipal, que ha recaído en personas improvisadas y sin trayectoria en materia de seguridad y cuyo mérito principal ha sido cercanía familiar y recomendaciones e influencias lo que incide en resultados negativos e incremento de la inseguridad en contra de los habitantes de este fronterizo municipio.
Bajo el argumento de la pandemia, en Tuxtla Chico no se rinden cuentas de los recursos públicos, la alcaldesa casi no se presenta al edificio municipal, hay pocas obras y tampoco se ha ni legitimado el Consejo de Seguridad Pública Municipal ni renovado como lo marcan los tiempos y las reuniones se han pospuesto hasta congelarlas, lo que hace presumir que esto es parte de la política de la presidenta Deysi Lisbeth González Aguilar, para cubrir irregularidades en el destino de los recursos destinados a la seguridad pública de Tuxtla Chico.
Los declarantes lamentaron que la propuesta presentada ante el Consejo de Seguridad Ciudadana, en una de las muy pocas reuniones que se realizaron en esta administración, fue desechada y en la que se pedía la verdadera participación de organismos civiles y productivos para avalar las acciones contra la inseguridad.
Raúl López Guzmán y Juan Bolaños piden al Gobierno del Estado voltear los ojos a Tuxtla Chico porque la seguridad no existe, y a la Secretaria de Seguridad Pública que intervenga, porque es parte de la seguridad nacional, ya que el municipio tiene gran relevancia, Talismán es uno de los dos puertos fronterizos de la zona y puerta de entrada a México que no puede estar abandonada a su suerte por intereses políticos de una familia.
Exigen que haya transparencia y que se castiguen los desvíos de recursos, pues hay antecedentes de la incapacidad para gobernar y la irregularidad que ha dado paso a denuncias ante la FGE, concluyeron.