Columna Sur
Héctor Narváez
El espejo con Trump
México debe de tomar muy en cuenta lo que está sucediendo con la salida del Presidente en Estados Unidos.
Un escenario de ese tipo para nuestro país en el 2024 en nada nos ayudaría. Por el contrario, podría traernos muchas consecuencias.
Es el espejo con Trump. Un político que con el respaldo del pueblo llegó al poder y que después no quería dejarlo.
Los modernos dictadores
Lo inimaginable sucedió en el país que habla de democracia en el mundo. Nada más, que no es culpa de los grupos políticos y sus ciudadanos, sino de alguien que se aferró al puesto.
Esa es la consecuencia de apoyar a aquellos líderes que son radicales. Que critican al sistema, pero que quieren ser parte de él. Que hablan mal del Gobierno, aunque buscan subir a él.
Que no respetan a las instituciones, pero que al final buscan hacerlas suyas o que las mismas estén a su favor.
Que no aceptan las opiniones de los adversarios, pero que se asumen como la real oposición cuando no ostentan en el poder.
Que solo ellos tienen la verdad y la razón. Y que nadie les puede enseñar nada, porque ya lo saben todo.
Pecan de soberbia, aunque no se dan cuenta. Y acusan a los demás de ser los soberbios.
De que señalan que el resto son el peligro para las naciones y el mundo, cuando en realidad son ellos mismos los que ponen en riesgo la estabilidad, la paz y la economía de nuestros pueblos.
Que con solo hablar o escribir algo en las redes sociales, creen que van a derribar desde ideologías hasta las decisiones de los grupos políticos y económicos.
Esos son los gobernantes con que estamos contando en nuestros tiempos modernos. Desde el viejo continente hasta el nuevo continente. Y que tienen todo el estilo de dictadores.
El poder es del pueblo
Si pensábamos que este tipo de escenas solo las podíamos ver en Corea del Norte, Rusia, Cuba, Bolivia o en Venezuela, pues estábamos equivocados.
Trump hizo que Estados Unidos entrara a esa negra lista, de gobernantes que quieren eternizarse en el poder.
Y que mal se vio el magnate, de querer permanecer por más tiempo en la Casa Blanca, cuando democráticamente perdió en las urnas.
Insisto: México debe de mirar lo que sucedió en el vecino país. Para comenzar a trabajar y no permitir que se dé algo así en el 2024.
Afortunadamente, en Estados Unidos las instituciones son muy fuertes y solidas. Lo demostró el Tribunal Electoral, que nunca se sometió a los caprichos de este mal gobernante.
Así también un Congreso de la Unión, que es conocido como Capitolio, en el cual reconocieron no el triunfo de un político en las urnas que en este caso fue Joe Biden, sino la decisión de los ciudadanos en las urnas.
Eso allá. Pero, en México sus instituciones se han debilitado en los últimos años. Y ha sido muy conveniente para el actual régimen.
Sucedido con la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en donde se ha torcido la ley para castigar a los adversarios.
La Cámara de Diputados y Senadores, que conforman el Congreso de la Unión, es controlado por el partido mayoritario y el cual ha borrado de la noche a la mañana varios organismos que llevaron muchos años para ser creados.
Y así, los tres poderes del país de alguna manera están alineados. Menos el Instituto Nacional Electoral, que ha resistido los ataques.
El árbitro de las elecciones ha logrado salir bien de las acusaciones en su contra, como sucedió el año pasado con la designación de los Consejeros Electorales y también de las restricciones para la transmisión de “las mañaneras”.
Pensar que el INE este a las órdenes de un Presidente de México en turno, o de su partido, sería enterrar a la democracia.
Por el contrario, como país debemos de abonar para que el mandatario esté sujeto a las instituciones. Porque son las instituciones que deben de prevalecer. Deben de crecer y mejorar, para el bienestar de la sociedad.
Así se puede frenar a cada radical como Trump, que quieren apropiarse del poder, cuando el poder es del pueblo.
Ojalá que los mexicanos y los grupos de la sociedad, vean este espejo. Y se evite un episodio de este tipo en un futuro cercano.
Moraleja: Sobre advertencia… ¡No hay engaño!
Al margen: Mucho ruido… ¡Pocas nueces!
La alianza de Morena con el Verde Ecologista en Chiapas sería solo en unos cuantos municipios. Hasta donde me dicen, irían amarrados para un poco más de 20 alcaldías.
De ser así, representaría una derrota para el grupo del “Güero”, quienes buscaban apropiarse de este partido, como lo hicieron en el 2018. Y que hicieron tanto ruido… ¡Y obtendrán pocas nueces!
Por último: ¡Un dilema!
Me cuentan que, en Tapachula, el acuerdo entre el PRI con el PAN y el PRD se está entrampando.
Que aceptarían que en la candidatura a la Diputación Federal vaya alguien que no es del PRI, pero que para la alcaldía ellos decidirían. O viceversa: que entregarían la nominación para la alcaldía, pero nombrarían a quien postular para San Lázaro. De lo contrario, amenazan seriamente con que se dé la división. ¡Es todo un dilema!
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