Piedrazos
Héctor Narváez
Las crisis de los Presidentes
Primera de Dos Partes
Felipe Calderón, Enrique Peña y López Obrador, no solo tienen en común que han llegado al poder federal.
Sino también, que los tres han tenido que enfrentar un momento muy difícil en sus administraciones.
Se trata de las crisis de los Presidentes de México, en donde han sobresalido más las determinaciones políticas y económicas que salvaguardar a la población.
La parálisis del 2009
Particularmente de que llegó muy cuestionado por el margen de triunfo que obtuvo el entonces candidato del PAN, el michoacano también buscaba que se aprobaran las reformas que necesitaba el país y que nunca logró que se aceptaran.
Y para variar, a Calderón le llegó la presencia de la influenza, que puso más a prueba su sexenio.
En México, se detectaron los primeros casos de H1N1 el 11 de abril del 2009, en el estado de Veracruz. En aquel entonces, una niña que había contraído el virus un mes antes, fue atendida en el INER de la hoy Ciudad de México y después lamentable murió.
Como sucede recientemente con el COVID-19, la mayor presencia de casos se registró en la capital del país y en el Estado de México. Ante esta situación, el entonces presidente tomó medidas, que para muchos fueron drásticas.
Suspender las clases en todos los niveles del 24 de abril al 6 de mayo de ese año, cerrar bibliotecas, cines, museos y cualquier espacio público para las reuniones, suspensión de eventos masivos como los conciertos, la que fue la jornada 16 del torneo de clausura del fútbol mexicano se celebró a puerta cerrada, así como los juegos de la liga de beisbol, el uso obligatorio de cubrebocas y guantes en el transporte público como taxis y microbuses y quien no hiciera caso fueron multados y hasta detenidas las unidades.
Esto, para lo oposición de Felipe Calderón, entonces AMLO, el PRD y el PRI, fue la parálisis del país. De hecho, la Cámara de Comercio de lo que se llamaba el DF, aseguró que se perdieron 57 millones de pesos diarios durante la contingencia.
De aquel episodio difícil, las autoridades de México reportaron oficialmente 70 mil 715 contagios y mil 172 defunciones, hasta un año después, en abril del 2010. Aunque dicen expertos en la materia que en realidad fueron mayores los casos y las víctimas, por lo menos tres veces más.
Los escombros del 2017
No era una cuestión de salud, pero si un desastre natural el que tuvo que sortear de alguna manera el Presidente Enrique Peña Nieto.
De cara bonita, reciente desempacado como Gobernador de EdoMex y siendo un importante militante del PRI, logró recuperar “Los Pinos” para su partido. Y hasta hizo lo imposible: ganarle a AMLO y al PRD, que representaba la izquierda en esa época.
Pero, la mañana del 19 de septiembre del 2017, después de que conmemoraban los 32 años del terremoto del ‘85, la Ciudad de México sufría la misma pesadilla, que dejó oficialmente 369 muertos tan solo en la capital del país, pero otras fuentes aseguraban que los fallecidos eran miles y que muchos quedaron debajo de los edificios derrumbados.
Recuerdo perfectamente aquella imagen de los rescatistas y voluntarios, que daban su mayor esfuerzo para recuperar vidas que habían quedado atrapadas, y en un mensaje en cadena nacional Peña Nieto anunciaba que el Ejército Mexicano iba a proceder a la demolición.
Fue una escena que demostraba que el que era el líder de esta nación, tomaba una decisión política y hasta económica, pero que en nada ayudó a las víctimas.
Este desastre natural habría costado al país alrededor de 41 mil 500 millones de pesos, por los daños a los edificios, viviendas, caminos y escuelas en la Ciudad de México, en EdoMex, Puebla, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, y la economía que se estancó.
Y mucho más que se quedó bajo los escombros del 2017, pero que ya le urgía al entonces Gobierno Federal empezar con la reconstrucción y regresar a la normalidad a la capital de México.
Después, nos enteraríamos que se cometieron demasiadas irregularidades, tan solo en la recuperación de las casas de los damnificados en las diferentes entidades, por parte de la hoy desaparecida SEDESOL y la que fue su titular, Rosario Robles, actualmente recluida en Santa Martha Acatitla, por el fraude conocido como “la Estafa Maestra”.
Fue su crisis para Peña Nieto, que algunos aseguran se trató de “la estocada final” de su mal periodo, luego de que también no logró que aterrizaran las reformas estructurales y que llevó a la derrota al PRI ante Morena.
Aunque, hoy Andrés Manuel López Obrador también pasa por una situación difícil, que le dejará muchos costos políticos.
Moraleja: Hasta que no se prueba el melón, no se sabe a qué sabe.
Piedritas: ¡Ganaron los maestros!
Eso de que se va a utilizar un “semáforo” para regresar a las actividades, fue a propuesta del magisterio.
La idea surgió en Oaxaca y se fue madurando en Chiapas, en donde los dirigentes acordaron presentarlo como propuesta al Gobierno Federal, para que se dé el retorno a las escuelas. Bien echa la jugada, porque cuando se declare en color verde, ya se estará dando por concluido el ciclo escolar. ¡Ganaron los maestros!
Por último: ¿Y qué hacía “el Gober” de Oaxaca?
Parece que tuvo mucho que ver en las negociaciones con el magisterio, pues cuenta con el respaldo de este gremio en su estado.
Es por eso que ayer estuvo presente en la mañanera de Palacio Nacional, mientras los “morenitas” tenían que tragarse sus críticas en contra del mandatario del PRI.
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