Códico Nucú
César Trujillo
Primer Premio Universitario de Literatura Óscar Oliva 2020
Recién me entero que el Gobierno de Chiapas, en un esfuerzo colectivo, ha lanzado la convocatoria para el Primer Premio Universitario de Literatura Óscar Oliva 2020, lo cual me parece más que acertado. Sobre todo porque se da pase a este tiempo tan adverso como el que enfrentamos.
Los estudiantes normalistas, universitarios y de posgrado tendrán la oportunidad de participar en este certamen que cierra en un mes, el 29 de mayo para ser exactos. El tema central de dicho premio es la pandemia por COVID-19.
Es decir, todo debe girar en torno a esta cuarentena que nos obliga a quedarnos en casa y a repensar nuestro presente y nuestro futuro, desde la experiencia individual y desde la cual cada participante podrá presentar una obra.
Y mejor aún, pienso, que el nombre de este premio (que seguramente tardará muchos años vigente, o al menos eso espero) lleve el nombre de uno de los grandes vates de la poesía mexicana y que es orgullosamente chiapaneco.
Me refiero al maestro Óscar Oliva, un hombre que ha sido formador de varias generaciones de poetas y que siempre tiene una palabra o un comentario lleno de luz a quien lo requiera, y de eso yo puedo dar constancia.
Que mejor nombre, afirmo, que el de uno de los miembros del colectivo que fuese un hito en la historia y que denominaron La espiga amotinada, mismo que conformó junto a los poetas Juan Bañuelos, Jaime Labastida, Eraclio Zepeda y Jaime Augusto Shelley.
Quien mejor, también, que el maestro Óscar Oliva que sigue vigente en la voz de sus alumnos, que mantiene un arduo trabajo de formación en su taller y al que cientos guardamos un cariño sincero y un respeto profundo por su trayectoria y su enseñanza.
Por ello, celebro que este tipo de premios nazcan y busquen consolidarse aun cuando la situación en nuestro país, y en el mundo entero per se, no sea fácil para nadie con un panorama que luzca desolador.
Porque creo que fomentar la escritura y la lectura es indispensable en estos tiempos de deshumanización y de falta de empatía, y mejor todavía que se haga desde la literatura misma, desde la invitación de las instituciones oficiales, del trabajo en conjunto con colectivos como Carruaje de Pájaros que dirige mi hermano Fernando Trejo, desde la unidad y en donde se busquen conocer los escritos que, seguro estoy, revelarán el poder de las nuevas plumas.
Siempre voy a aplaudir este tipo de esfuerzos pese a lo que otros digan o comenten. Los incentivos para los escritores siempre son un tanque de oxígeno, una bocanada de aire puro para quienes están comenzando y que tendrán, con este premio, la oportunidad de ver su obra publicada bajo los sellos editoriales, unidos en coedición, de la Universidad Autónoma de Chiapas y la Secretaría de Educación de la entidad. Y sobre todo con un tiraje de mil ejemplares que es un número bastante bueno.
Los interesados pueden consultar la convocatoria y en estricto apego a ella realizar el envío del material para que, posteriormente, sea un jurado altamente calificado el que decida qué obra es la que merece ser premiada.
Seguramente de este premio saldrán nuevas voces de poetas y narradores chiapanecos como ya dije y eso me llena de satisfacción.
Ya veremos a aquellos que serán elegidos y que vendrán detrás, a paso agigantado, sembrando la semilla de la palabra, cosechando versos y escritos, siendo conscientes del entorno en que les toca vivir.
Por lo pronto, sirva esta columna, pues, como invitación a la juventud universitaria, normalista o de posgrado, y a todos aquellos que gustan de la escritura, a participar en este certamen en el que pueden, aparte de ganarse un incentivo económico, ser portadores del primer premio literario con un nombre de lujo, el del poeta Óscar Oliva. ¡Enhorabuena!
#Manjar Veo en las noticias que la gente sigue caminando sin preocupación en las calles del centro de Tuxtla Gutiérrez en plena pandemia. No se trata sólo de aquellos que por necesidad lo hacen, sino de muchas personas inconscientes que creen que a ellos el virus no los va a alcanzar. Caminan, según las imágenes que aparecen, hasta con niños de la mano sin importarles su seguridad, sin ocuparse en entender que los más pequeños son también un sector vulnerable. Veo a mis hijos reír mientras comparten historias, tendidos en el piso de la casa y no me imagino poniéndolos en riesgo. Quizá, confieso, porque nunca pensé amar como los amo a ellos. Entiendo perfectamente que hay quien debe salir a buscar el pan por la necesidad. Lo entiendo bien. Pero también que hay mucha gente a la que no le importa nada, ni siquiera sus propios hijos, su propia vida. Son estos últimos que sí se infectan terminarán acusando a otros (al gobierno, a las instituciones de salud) de su irresponsabilidad. Dicho está. #HistoriasdeCuarentena “Para mi corazón basta tu pecho, / para tu libertad bastan mis alas. / Desde mi boca llegará hasta el cielo / lo que estaba dormido sobre tu alma. / Es en ti la ilusión de cada día. / Llegas como el rocío a las corolas. / Socavas el horizonte con tu ausencia. / Eternamente en fuga como la ola. / He dicho que cantabas en el viento / como los pinos y como los mástiles. / Como ellos eres alta y taciturna. / Y entristeces de pronto, como un viaje. / Acogedora como un viejo camino. / Te pueblan ecos y voces nostálgicas. / Yo desperté y a veces emigran / y huyen pájaros que dormían en tu alma”. Pablo Neruda. #ElPoema // La recomendación de hoy: el libro La vida que se va de Vicente Leñero y el disco No time for dreaming de Charles Bradley. // Recuerde: no compre mascotas, mejor adopte. // Si no tiene nada mejor qué hacer, póngase a leer.
* Miembro de la Asociación de Columnistas Chiapanecos.
* Delegado en Chiapas del Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa.
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