Piedrazos
Héctor Narváez
Nada está controlado
Aunque esa sea “la versión oficial”, la realidad en este país sigue saliendo, como sucede actualmente con la pandemia.
Desesperado el inquilino de Palacio Nacional, busca minimizar la crisis a como dé lugar, cuando está frente a un gigante a nivel mundial y en donde a México le tocará “bailar con la más fea”.
Nada está controlado, ni lo ha estado en este Gobierno. Es más, el futuro es muy incierto, que podría llevarnos a escenarios indescriptibles.
La batalla de todos los días
Mientras Hugo Lopez-Gatell a diario tiene que “remar contra corriente”, el Presidente sigue tomando esta situación, como desde un principio: políticamente.
En su escritorio, “palomea” a qué empresarios si los va a ayudar, como sería el caso de Ricardo Salinas Pliego con sus empresas que aparecen entre las que se han negado a cerrar, a pesar de ser de servicio innecesario.
AMLO ya pensaba en levantar la emergencia a partir del 10 de mayo, pero al final lograron imponerse los números reales que tienen los especialistas de este país sobre “la curva ascendente” de la pandemia, en tanto en diferentes hospitales de la República se libra una verdadera batalla todos los días.
Una noche, se quejaba un hombre en urgencias, que ya llevaba horas sin que lo atendieran. De hecho, lo habían ingresado pasado el mediodía, pero nadie quería atenderlo.
“Por favor, ayúdenme. Me siento mal”, decía, ante la miraba de asombro y de espanto de los demás pacientes que se encontraban en esa unidad.
Esto sucedió recientemente en Puebla. Y el personal médico no sabía qué hacer, porque llevaba todos los síntomas del coronavirus y no contaban con el equipo necesario para realizar la revisión.
De este caso, como muchos que están sucediendo en el país, ya no se supo más. Llevaron a la persona a otro hospital. Aunque también se maneja la versión de que lo reportaron con otra enfermedad.
Precisamente en Puebla, el personal del IMSS se quejó por la falta del equipo necesario, y en donde salió que hasta tienen hospitalizadas “chinches” en sus clínicas.
Es el mismo escenario desde Tijuana, en Baja California, hasta Tapachula, en Chiapas. Y es la batalla de todos los días.
No hay credibilidad
Yo no le creo a este Gobierno Federal, cuando se ve claramente que han manipulado las cifras de los casos.
Y los verdaderos casos no se han reportado, porque no ha habido pruebas suficientes para aplicarlos a los posibles contagiados.
Menos le voy a creer, cuando desde antes que llegara la pandemia, la economía de México no andaba nada bien y se miraba en la falta de circulante.
Como voy a creer en una administración, que no ha visto por combatir adecuadamente la inseguridad en las diferentes regiones del país.
No puedo creerle cuando antes que se diera esta emergencia sanitaria, no había la inversión en salud, para fortalecer esa infraestructura que hoy tanto se necesita, y no andar haciendo “compras a la carrera” de cubrebocas y respiradores, que ahora se encuentran a altos costos.
Bueno, ni siquiera el combate “al huachicol” han logrado. Porque si fuera lo contrario, ya no se vendería de manera clandestina en las comunidades del país.
¿Estamos o no estamos en una contingencia? El Presidente solo ha dicho que es “una crisis transitoria”, cuando la realidad por enésima ocasión le dice lo contrario.
Y encima de eso, nos sale con una ya trillada frase política: “Todo está bajo control”.
Como si se tratara de otros problemas de México, no le ha dado la importancia a esta situación, que es de carácter mundial.
Insisto, conforme a los pronósticos de los especialistas: lo peor aún falta por venir. Tanto del azote de la pandemia, como la crisis económica, que también es en todo el planeta.
Creo que el Gobierno Federal ya debería de ir pensando en darle solución a estos temas, de una forma real y responsable. Porque de lo contrario, se podrían ver escenarios en donde la población se inconforme.
No deseamos que México se incendie. Lo que menos necesitamos en estos momentos es que se polarice más el ambiente. Pero, el mandatario nacional no ha abonado a esa unidad y no ha hecho su trabajo como debe de ser.
Por si fuera poco, ya no tiene credibilidad esta administración, que por donde quiera que se le mire salen las dudas, los cuestionamientos y hasta los señalamientos de malos manejos y sospechas de corrupción.
Es una verdad a nivel nacional: Nada, pero nada de nada, tiene controlado Andrés Manuel López Obrador. Esa es la versión del pueblo que, como la pandemia, cada día que pasa va creciendo más.
Moraleja: Dime de qué presumes… ¡Y te diré de qué careces!
Piedritas: ¡Esa si fue una buena idea!
Ante la posibilidad de que la emergencia sanitaria se prolongue, la Secretaría de Educación Pública Federal, tomó una de las mejores decisiones, de que las clases se den desde las casas.
Aunque no es la misma enseñanza, pero la educación no se debe de detener. Y aquí los padres se deben de comprometer con sus hijos.
¡No van a cambiar!
En verdad que hay políticos que no los detiene ni la pandemia y siguen en las mismas.
Como es el caso del Alcalde de Tuzantán, Bany Oved Guzmán Ramos, quien está solapando el abuso policiaco en contra de un joven que lo dejaron con los intestinos por fuera. O el del ex alcalde de Huehuetán, Renán Galán, quien vocifera “a los cuatro vientos” que como ya tiró dinero, no le van a hacer nada por que siga sosteniendo sus reuniones, después de que fue uno de los 300 invitados de la fiesta en Cacahoatán.
¡En verdad que no van a cambiar!
¡Nos leemos el lunes! ¡Sigan tomando sus medidas preventivas!
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