Piedrazos 

Héctor Narváez  

La madre de todas las desgracias 

La irresponsabilidad, está llevando a que la humanidad esté en eminente peligro de extinción.

Y no solo por la pandemia, sino porque ciertos sectores de nuestra sociedad, hacen “lo que se les viene en gana”, sin importarles las consecuencias particulares y generales.

Es por esto, que se ha vuelto la madre de todas las desgracias. Y el inicio de lo que podría ser la peor enfermedad que azote a nuestro mundo.

No pasa nada

Un político de la región le decía a otro por teléfono: “¿Qué onda, vas a ir a la fiesta?”

“No sé. Ya ves cómo están las cosas”, le respondía.

“No, hombre. No pasa nada. Esa ma… no existe. No tengas miedo”, le insistía el primero.

Al final, decidieron ir a ese convivio. Un día después, resultó que el festejado estaba contagiado y que el Gobierno andaba buscando a los invitados, porque había sospecha de más casos.

Días antes, en un municipio pequeño del mundo, decidieron celebrar la tradicional feria de todos los años.

“Nuestro Santo Patrón del pueblo nos va a cuidar y nos va a proteger. Seguro estamos que no nos va a pasar nada”, dijo uno de los organizadores.

Lo mismo quizá pensaron en otro municipio cercano en donde realizaron la acostumbrada procesión católica por la Semana Santa.

Hoy, las autoridades han iniciado un proceso judicial en contra de los responsables de estas acciones que atentaron la salud de la población.

Y todo esto, fue una decisión de unos cuantos, que se aprovecharon de su situación de tener poder político y económico.

Unos cuantos, que ponen en riesgo a la mayoría que se encuentra vulnerable de contraer una enfermedad que, si no los llega a matar, los puede dejar en mal estado de salud para el resto de sus vidas.

Pero, decían, que no pasa nada. Y pasó en esa fiesta. Y está sucediendo en todas las partes del mundo, hasta los rincones más apartados. Porque es una pandemia.

¿Qué nos pasa?

Algunos consideran que el dinero es lo que más afecta al ser humano.

Otros, piensan que es la ignorancia el peor enemigo que tiene el hombre. También en parte tienen razón.

Pueblos enteros han desaparecido, por la falta de conocimiento para poder afrontar los problemas que se les presentaron.

Pero, para mí, la madre de todas las desgracias es la irresponsabilidad. Y doy mis argumentos.

Conozco a personas que tienen capital económico, pero son muy ordenados y muy responsables. No solo con su familia, sino con sus trabajadores, amigos y allegados. Estos están entre “los ciudadanos modelos”.

También he tenido la desdicha de conocer a personas pobres, pero que son muy irresponsables, en todos los ámbitos.

En contraste, existen aquellos que no cursaron ni siquiera la primaria, a quienes se les puede consideran ignorantes en cuanto a estudios académicos, pero gozan de un gran conocimiento, sentido de la vida y de la responsabilidad social.

Esos, son los que fueron educados desde sus casas con valores morales, que lamentablemente se han perdido en nuestra sociedad.

Por eso, hoy en este espacio, utilizo la frase de Héctor Suárez: ¿Qué nos pasa?

¿Cuánto entenderemos que esta enfermedad no es un juego?

¿Por qué aparte de ponernos en riesgo, también ponemos en riesgo a los demás?

¿Por qué la urgencia de querer hacer festejos en estos momentos, cuando hay una emergencia a nivel mundial? ¿Qué no se podría hacer para otra ocasión y así se disfrutaría mejor?

¿Para qué gastamos en recursos para una feria y una procesión católica, cuando tenemos enfermos en los hospitales? ¿No sería mejor utilizar esos recursos para comprar materiales y entregárselos al personal médico que tanto lo necesita?

¿Qué la vida de un rico y poderoso no vale igual que la vida de un pobre y común ciudadano?

En verdad: ¿Qué nos pasa como seres humanos, que no tenemos un poco de sensatez en esta situación tan difícil para la humanidad?

A mí, no me queda la menor duda: La irresponsabilidad es “la madre de todas las desgracias”.

Ojalá que cuando entendamos, no sea demasiado tarde.

Moraleja: El hombre no es más… ¡Que lo que él hace de sí mismo!

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