Piedrazos
Héctor Narváez
El pánico de Salinas Pliego
Pensó que teniendo una de las televisoras del país, iba a provocar que las masas se movieran y le resultó mal.
Aunque hay que agradecerle, que su mensaje sí pudo haber influido, pero para que una gran parte de los mexicanos tomaran la decisión de mejor quedarse en sus casas por esta contingencia.
Con esto, el Presidente de Grupo Salinas, demostró que tiene un pánico por la crisis económica que le espera a todo el mundo.
“Efecto Boomerang”
A estas alturas, Ricardo Salinas Pliego creo que nunca midió las consecuencias que le iba a traer convocar a que la actividad en México siguiera normal.
Resultó igual que el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa, quien dijo que solo los ricos se contagian del coronavirus y que los pobres son inmunes.
Pero, el empresario, expresó una serie de barbaridades, entre ellas que los ciudadanos debían de salir a trabajar, cuando hay una pandemia que no solo azota a nuestro país, sino a todo el planeta.
Esto, no agradó ni siquiera a los empleados de sus empresas, que estiraron la cara sobre los dichos de su jefe, pues esperaban que les anunciara la suspensión laboral en varios departamentos, medidas ante la contingencia y apoyos, pero nada de eso.
Incluso, ha sido más responsable Carlos Slim, quien ya anunció que no va a despedir a ninguno de sus trabajadores y que ha donado una suma de dinero al Gobierno –que para mí eso no debió hacerlo, sino organizar un grupo de la sociedad para que aterrizara el beneficio de forma más directa–, para ayudar a la emergencia.
En cambio, Salinas Pliego no ha comentado en qué va a contribuir para que los mexicanos afronten esta situación.
Pero, si quiere que salgan a trabajar, para que le paguen “los bonos chiquitos”, así se expongan a la pandemia y hasta lleguen a morir.
En resumen, el más grande “usurero” de México, no le interesa si el pueblo está enfermo o no. Lo que él quiere es seguir gozando de su penthouse en la Torre Latina de la Ciudad de México y seguir amasando su fortuna y disfrutando sus privilegios como uno de los multimillonarios de este país.
No hay la menor duda, de que Salinas Pliego está sufriendo el “Efecto Boomerang”. Tanto, que bajaron el video con su mensaje de las plataformas de sus empresas.
¿Es un botón?
¿Quién mandó al Presidente de Grupo Salinas, a tratar de influir en las masas?
¿Habrá buscado con esto agradar al Presidente Andrés Manuel López Obrador?
Yo veo, que fue motivado por sus propios intereses. Y que es lo que siempre hace un empresario: velar por sus intereses.
Lo que también es claro es que “le jalaron las orejas”. Y a lo cual, se manejan dos versiones: Que pudo haber salido de Palacio Nacional. Y la otra –que descarto, pero es la que se mantiene desde la Ciudad de México y muy firme–, que le dio la orden explícita el ex Presidente Carlos Salinas.
Incluso, mencionan desde la capital del país, que con este “El Innombrable” está demostrando que ya se encuentra de lado de AMLO, cosa que yo lo dudo, pero eso lo que se sostiene.
Esto, nos hace recordar los anuncios que hizo el Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de otorgar beneficios a los ciudadanos para atender la emergencia. Y les dio un mensaje a los empresarios, a quienes los diferenció entre buenos y malos: “Ustedes tienen dinero para vivir 10 vidas”.
Y hablamos de una nación, en donde su economía es menor que a la de México. ¿Cuánto han acumulado ya nuestros “grandes hombres de negocios”?
¿Será acaso que Salinas Pliego es tan solo una muestra del sentir de la mayoría de los empresarios de nuestro país?
¿Qué solo les interesa seguir acumulando fortuna, pero no piensan en ningún momento cómo ayudar al pueblo? ¿En dónde está su “Responsabilidad Social” que tanto han presumido en sus campañas?
No me quiero quedar con este botón. Aún tengo la esperanza de que sí existen “buenos empresarios” y que están conscientes de la situación que se atraviesa y que van a aportar, en las medidas de sus posibilidades, para que salgamos adelante.
Pero, a Ricardo Salinas Pliego, parece que lo que más le preocupa, y le causa hasta pánico, es que sus acciones se desplomen con la crisis mundial en puerta. Y yo que pensaba que era de una mentalidad diferente.
Moraleja: ¡A sordos y ciegos, hace testigo el dinero!
Piedritas: ¡Los alcaldes deben de ser más responsables!
Estamos en contingencia y la mayoría de las autoridades municipales de Chiapas siguen metidos en sus asuntos privados.
Como sucedió con el entonces edil de Tapilula, que prefirió irse a Puerto Arista, en donde “la mala copa” terminó por mandarlo a la cárcel. A ver qué otro alcalde continúa haciendo de las suyas y restándole importancia a la emergencia.
¡Huixtla se puso a la altura!
Aparte de que no ha faltado el agua en los hogares, necesaria para el lavado de manos y las medidas de higiene, fumigaron prácticamente todo el municipio, incluido comunidades de la zona alta y baja.
Se puso a la altura el alcalde José Luis Laparra. Y no solo lo digo yo, sino los habitantes de Huixtla y de otros municipios.
¡Sin calidad moral!
El ex diputado federal y empresario, César Amín González Orantes, está queriendo sacar raja política de la actual situación y se fue encima del Gobierno del Estado.
Declaró recientemente que no hay atención en Tapachula, porque quiere acaparar los reflectores y es el municipio en donde aspira a ser alcalde. Ya empezó a hacer lo mismo como en el periodo de Juan Sabines Guerrero. En verdad que no tiene calidad moral.
¡Ya hay preocupación en Palenque!
En la ciudad turística de Chiapas, no hay movimiento. Las ventas han disminuido a lo mínimo y empieza a escasear no solo los alimentos, sino también el dinero.
Y los palencanos, tenían todas las esperanzas de que al contar como vecino al Presidente AMLO, les llegaría más apoyos y fue todo lo contrario. Hoy, hay preocupación.
Por último: ¡Una semana muy difícil!
Para todos. Chicos y grandes. Pobres y ricos. Nadie se escapa.
Por eso, felicito a aquellos ciudadanos que se han resguardado, para tratar de contener esta pandemia. Y a los que han tenido que salir a prestarnos sus servicios y han sido muy responsables de tomar sus medidas de precaución, también mi amplio reconocimiento.
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