Que más pué…

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Que más pué...

 

Por Carlos Rafael Coutiño Camacho.

 

1.- Periodismo que muere, por anti periodistas.

 2.- Día de muertos, que se apaga como la vela.

 

En Tuxtla Gutiérrez, existen periodistas de radio, televisión, periódicos, revistas, que se convierten en reporteros de redes sociales; bajo una acción real de informar, también de ser oportunos y cumplir con su objetivo crítico; en suma, se calcula que hay en la capital 800 personas con celular en mano subiendo cualquier cosa, haciéndose pasar como representantes de medios de comunicación.

Los auténticos periodistas no solo de Tuxtla, sino de todo el estado de Chiapas, siguen haciendo una labor importante, son las voces de los que no tienen y el interlocutor entre pueblo y gobierno.

Aunque a ellos, los periodistas, nadie le presta voz ni oídos cuando se necesita, incluso de sus propios espacios donde laboran; por eso entonces se entiende la necesidad de crear espacios informativos en Facebook, como en otros, para así lograr objetivos como cerrar filas ante la censura.

De acuerdo al columnista del periódico El País, de España, Jorge Marirrodriga, deja muy en claro que el periodismo se está muriendo, por la forma en que se hace, la falta de crítica, análisis, sensatez, que no ayudan a generar opinión en la sociedad.

En el caso de Chiapas, habrá que añadir que ha perdido credibilidad y respeto, por culpa de la CNTE, de políticos, de gente que sin escrúpulos, acusan de manera estúpida, a una prensa de ser vendida y chayotera, cuando son realmente hombres y mujeres que ponen en riesgo su vida por la libertad de expresión.

Marirrodriga, afirma que poco a poco se va apagando la llama de un oficio que durante más de un siglo, creció en las democracias y las ayudó a crecer. Que fue parte de la vida de ciudadanos libres cuyas sociedades sufrían una amenaza real y explícita de ideologías que despreciaban la idea de libertad individual y que sojuzgaban a sus propios ciudadanos quienes, entre otras cosas, anhelaban del mundo libre precisamente el periodismo.

Los hoy periodistas, han cumplido con lo realmente importante, que es servir a la comuna chiapaneca, y no valerse de lo que cualquier ciudadano usa sin sentido, para sumar likes y seguidores en las redes sociales y pensarse como auténticos periodistas, sin saber cómo aplicar el qué, cómo, dónde, cuándo, porqué y para qué.

A decir de la Universidad de Carolina del Norte, tiene un informe titulado El Creciente Desierto de las Noticias, que muestra el panorama; cada vez más, se usa el celular como un sustituto de los medios llamados tradicionales; no es que esté mal, el problema, es que no está necesariamente en manos de los que sí hacen periodismo.

Espacios como portales, Facebook, youtube, entre otros; son plataformas increíbles que manejan los auténticos periodistas chiapanecos, lo hacen bien y para bien, pero si el periodismo muere, es por quienes se autodenominan lo que nunca han sido ni podrán ser, aquí los llamaremos los anti periodistas.

Un periodista, tendrá las bases y sabrá cómo hacer noticia; mientras que otros solo sabrán cómo hacer escándalo, difamar, calumniar y presentar una sola versión.

 

Día de Muertos

Escuelas, medios de comunicación, internet, promueven el día de muertos, como un festejo irónico, donde nada tiene que ver la Catrina, menos los hombres lobo, brujas, gatos, calabazas naranjas, fantasmas, payasos y menos el llamarlo como día de terror.

Las tradiciones marcan dos aspectos; uno refiere a las fechas y la otra la ubicación, es decir, las fechas son el 31 denominado como día de las “almitas” o espíritus de los niños que “llegan” a las 12 del día, es ahí donde comienza este suceso de fe en los aún vivos; el 1 de noviembre a la misma hora se van y dan paso a las almas grandes, es decir a los adultos.

El día 2 en punto del medio día, también regresan a su lugar y ahí concluye este misticismo, donde la gente opta en llorar por el recuerdo que le trae, están pensativos y honran con oraciones y rezos a quienes ya partieron.

Mientras que la cultura del comercio, dicta que los muertos son almas en pena, lobos, enanos, incluso ventilan que las brujas representan a la madre muerta de cualquier ciudadano; dejando una clara falta de respeto por los muertos.

Incluso la Catrina, no representa la muerte; es una excelente obra de arte de José Guadalupe Posada, desde un siglo atrás, el nombre real fue “La Calavera Garbancera”, que no era más que una acción sarcástica hacia los indígenas ladinos, esta obra no pasó a ser mágica, sino hasta que Diego Rivera terminó por inmortalizarla en 1947.

Olvidarnos de la modernidad, nos hará comprender el amor por los padres, hermanos, incluso hijos que están en un campo santo, donde reposan y sin ser sinónimos de brujas, calaveras, momias y demás.

El no valorar lo mucho o poco que ellos hicieron, podría catalogarse como seres sin sentido, donde la muerte es sinónimo de olvido, pero el olvido es igual a un estancamiento de todo, donde nada vale, nada perdura, nada sirve, esa es una ideología económica.

Es por ello que el conocer el origen de la noche de brujas o Halloween, debe entenderse que nada puede asemejar o ridiculizar a quienes han sido nuestros familiares, ni tampoco el solo hecho de poder citar que es más importante una tradición extranjera que lo nuestro.

Los panteones deben de ser como su nombre lo indican, campos santos; recuperar a quienes se encuentran enterrados en ellos desde los primeros existentes, es el caso de que en ellos reposan historiadores, políticos, religiosos, revolucionarios, gente que ha sido parte del cambio social de su pueblo.

Sin embargo, las ideologías modernas solo están acabando con la historia, destruyendo esos cementerios y, a su vez, provocando que se conozca, se cuente con anales que permitan redefinir esa memoria de cada uno de los pueblos, de Chiapas y por qué no decirlo, de México pero también de Guatemala, a donde originalmente perteneció esta entidad.

 

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