Que más pué…

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Que más pué...

 

Por Carlos Rafael Coutiño Camacho.

 

1.- Periodistas y libertad de expresión.

2.- 44 años del sismo inducido de Chiapa.

Tenemos que seguir escribiendo la historia, para saber leer el futuro; la libertad de expresión no es propia ni tiene exclusividad para los periodistas, la libertad de expresarse es de todos, de todo aquel que piensa, razona, identifica, para aquel que sabe pelear, que sabe defender, que ama a la vida, que desea lo mejor.

La libertad de expresión, no la da nadie, no es una dádiva ni un regalo, es un don que todo hombre trae consigo; la libertad se gana a cada momento, la expresión es la forma en el cual se dice las cosas con calidad, con talento, dulzura y filosofía.

Tanto derecho tienen los periodistas de hacer una democratización, quitar el velo de los ojos, como aquel que sale a la calle a gritar por una razón, al igual como el silencio puede ser el sonido más fuerte para sindicar lo que es o está mal.

La conmemoración del día de la Libertad de Expresión, nace si bien es cierto con el insigne Belisario Domínguez Palencia, también es cierto, que no solo se basa en el escrutinio de la prensa, también es válido, cuando se cita una pinta en un muro, una lágrima en la mejilla de un niño, un quejido en una madre, en una mirada hacia el cielo de un indígena o campesino.

Expresar, no basta en este momento; tampoco el usar a la expresión como un modo de vida, utilizando a otros para un fin personal; la libertad de expresión no tiene por qué agradecerse ni al gobierno, cuando este es un deber.

Lo que me hace humano, no es el caminar con dos pies, tener cabello, el vestirme, el hablar, el moverme; lo que me hace humano es el sentimiento, la actitud, la fuerza del silencio o de la palabra que se expresa en momentos álgidos.

Por eso, el periodista, ha nacido con dos ojos, dos oídos y una sola lengua, porque debe ver y oír dos veces, antes de hablar; la libertad de expresión, no es ni será franquicia de nadie, es la sabiduría del hombre; solo con esta autonomía de poder expresarse, es como se logrará que la libertad en todos los sentidos se consolide.

No se necesita insultar, no se requiere agredir, no es necesario pintar, ni bloquear, ni ocultarse, la expresión va desde repito, un silencio, una imagen, un escrito, un movimiento, una sonrisa o lágrima, esa es la auténtica expresión, en síntesis, la cultura es expresión, la cultura es lo puede cambiarnos para bien.

Eduardo Galeano, San Agustín, Sócrates, Martin Luther King, Santo Tomás de Aquino, Cicerón, Descartes, solo por citar algunos, son quienes han dedicado su tiempo a cambiar al mundo, podríamos leer a Carlos Monsiváis o bien a Octavio Paz, entre otros, que solo con su expresión misma a través de las letras, logran cambios, la transformación real que se requiere, donde solo unos cuantos salvan al mundo, mientras el resto del pueblo, solo sigue sus pasos con los pies esclavizados.

En conclusión, la libertad da pauta a la expresión, sin auto censura, sin consignas, sin nada que la perturbe ni la violente, tanto derecho tiene aquel que se confunde, como aquel que intenta salvar; se esté o no de acuerdo con la expresión, tan es válida la que hacen las mujeres que exigen aborto “legal”, como aquellos que se dicen por ideologías, sentirse marcianos, jolotes, árboles o simplemente nada, así mismo de la expresión por salvar vidas, por un alto a y un siga a las cosas, expresar, es un derecho que nadie puede parar.

 

*SISMOS

En 1975, el gobierno de Manuel Velasco Suárez, un defensor de la vida y enemigo de las guerras, logró acabar con la existencia de muchos chiapacorceños bajo una guerra presuntamente natural, provocada por un una multitud de sismos, producto de explosiones al dinamitar la zona de la presa hidroeléctrica de La Angostura.

Fue un 5 y 6 de octubre, cuando los sismos empezaron a sacudir al pueblo, los hombres de ciencia en estas fechas, insisten en que no se puede registrar una sacudida porque no fue natural, es decir, ninguna placa se deslizó, ningún dato demuestra que en efecto se trató de algo natural.

Las dinamitas desde Carranza, lograron mover líneas naturales, que terminaron siguiendo la conducción del río Grijalva, acomodarse en Chiapa de Corzo, para que ese pueblo indómito, se viniera abajo; a pesar de la ignorancia de la mayoría del pueblo, no fue necesario el señalar como responsable de manera directa y con índice de fuego, al gobernador de ese entonces.

Fue él mismo Velasco, quien llegó con INDECO a tratar de responder de esa irresponsabilidad, reconoció y calló cuando se le increpó de su necesidad de seguir dinamitando para la construcción de la presa, medio pueblo se vino abajo, el pueblo huyó por su vida, otros más se quedaron a esperar.

La fuente estilo Mudejar, se cayó por la mitad, el templo de Santo Domingo cerró sus puertas, casas literalmente demolidas, se acabó aquella ciudad hecha de adobe y tejas, para pasar a una modernidad esclerosa, el comienzo de una pérdida de identidad, por culpa de un mal gobierno.

Son 44 años que han pasado, la ayuda fue a medias, como a medias fue el caso del sismo del 95, 2015 y 2017; si la hipótesis no cambia, quizá el siguiente sismo mayor a los 7.5 será en 2035, pero entonces las cosas serán distintas, será quizá el pueblo quien pague multas por afectar al propio pueblo y ya no más, ayuda según, gubernamental.

Hoy se sabe, que las guerras, ya no serán con hombres, sino robots, aviones, tanquetas y demás en segundo plano, ya que para derrotar a los países se usará tecnología para crear inundaciones por lluvias extremas, como sismos de gran magnitud, muy pero muy parecido a lo ocurrido en Chiapa de Corzo aquel 1975.

Chiapas, no será carne de cañón, pero si lo será Centroamérica y parte del Caribe, quizá Rusia, Alemania, Francia, España, Italia, Bélgica, Japón y China; eso solo lo saben los que hacen negocios a través de las guerras, quienes piensan que la naturaleza es cosa del pasado y se puede vivir sin ella.

 

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