La migración no debe verse como problema social sino oportunidad de desarrollo y convivencia: Obispo de Tapachula
Tapachula, Chis, Septiembre 8.- En su mensaje dominical el Obispo de Tapachula Monseñor Jaime Calderón Calderón, afirmó que como Iglesia se reconoce que la migración no tiene por qué verse o convertirse en un problema social, sino en una oportunidad de desarrollo y convivencia que genera una nueva cultura de inclusión y participación, de progreso y crecimiento social, de armonía y creatividad, haciendo frente a esta marcada indiferencia que se manifiesta en diversos sectores de la sociedad civil.
Afirmó que la Iglesia Diocesana de Tapachula es de puertas abiertas para quien quiera vivir la misericordia de Dios, que se identifica con la ayuda y solidaridad hacia los migrantes que pasan por territorio mexicano, que necesitan de la generosidad, en esa labor de ayuda no se trata de ser protagonistas, ni de proponer leyes, ni de decirles que ya no vengan; se trata de vivir el Evangelio de Jesucristo que nos anima a ser cercanos a los más pobres y sencillos.
Refirió que en la próxima reunión de Obispos de la zona sur de México junto con los de Guatemala, El Salvador y Honduras articularán esfuerzos con Centroamérica y responder mejor ante las emergencias migratorias que se viven y de las serán testigos, queremos ser voz de aquellos que pretenden ingresar al territorio nacional con la finalidad de cruzar hacia los Estados Unidos y son detenidos en la frontera Sur de México mediante el muro humano de la Guardia Nacional y que solo imploran un salvoconducto para continuar su camino pero que son ignorados, que se dé aquellos hermanos que se encuentran en tránsito y que se ven hostigados o extorsionados por agentes de diferentes dependencias o por el crimen organizado.
El obispo Calderón Calderón hizo el exhorto a todo el Pueblo cristiano a renovar, fortalecer y aumentar su amor a la Palabra de Dios y vivirla en el quehacer cotidiano, señaló que quienes viven en esta región nos hemos asombrado con la inseguridad con el aumento de actos delictivos en la que las autoridades hacen lo que pueden por ello unimos la voz a la sociedad que clama justicia y paz en nuestras comunidades.
Finalmente se refirió al cambio climático que se vive, en el que se ha olvidado quiénes somos: criaturas a imagen de Dios, llamadas a vivir como hermanos y hermanas en la misma casa común, este dijo, es el momento de arrepentirse y convertirse, de volver a las raíces y unirse a la intención del Santo Padre para que los políticos, científicos y economistas trabajen en la conservación de los mares.
Con información de Ramón García/ Elena García